El poder notarial es un documento a través del cual autorizas a una persona de tu confianza para que, en su nombre y representación, realice diversos trámites administrativos y/o legales, tales como comprar, vender, escriturar o administrar propiedades; participar en juicios y procedimientos legales; entre otros.
Un asesor especializado en poderes notariales te ayudará a realizar el trámite
El apoderado actúa en nombre del otorgante con su pleno conocimiento y consentimiento.
El otorgante puede limitar las facultades del apoderado según sus necesidades, lo que le permite mantener un mayor control sobre sus asuntos.
Representación legal completa: Un poder notarial general otorga a tu apoderado una representación amplia y completa para actuar en tu nombre en diferentes asuntos legales y administrativos.
Ahorro de tiempo y comodidad: Al contar con un poder general, evitarás tener que asistir personalmente a diferentes trámites notariales o administrativos, permitiéndote ahorrar tiempo y realizar gestiones desde donde te encuentres.
Facilita gestiones diarias: Con un poder general, tu apoderado puede realizar trámites comunes como firmar documentos, gestionar contratos, recoger documentos oficiales, y realizar trámites ante entidades públicas y privadas en tu nombre.
Evita desplazamientos innecesarios: Al tener un apoderado que actúe en tu nombre, puedes evitar desplazamientos frecuentes a distintos lugares para gestionar trámites, lo que te brinda mayor comodidad y ahorro de gastos.
No , basta con que acuda a la firma el poderdante o poderdantes que otorguen el poder.
Sí, en muchos casos se designa a más de un apoderado en un poder notarial. Puedes especificar si los apoderados deben actuar conjuntamente (de manera mancomunada) o si tienen facultades para actuar de forma independiente. Es importante describir claramente las instrucciones y los límites de los poderes de cada apoderado en el documento.
La validez de un poder notarial queda limitada o bien por una fecha determinada en la que deja de tener validez, por revocación del mismo, porque el poderdante deje de tener sus facultades mentales y devenga incapacitado para otorgar la revocación de poder o bien por el fallecimiento del poderdante.
Para revocar un poder notarial debes otorgar una escritura de revocación de apoderamiento, que no es más que la cancelación del mandato que habías otorgado en el poder original y notificar dicha revocación a los apoderados afectados. Un buen consejo es otorgar el poder que necesites hacer pero no otorgar facultades al apoderado para que pueda obtener copias del poder por sí mismo. De esta manera, una vez que el apoderado haga el mandato que se le ha encomendado, bastará con retirarle la copia del poder, dejando al apoderado sin dicho poder, evitando así tener que otorgar una escritura de revocación en el futuro.
Un poder notarial general otorga amplios poderes al apoderado para actuar en nombre del poderdante en una variedad de asuntos legales. Sin embargo, un poder notarial específico (también conocido como poder notarial especial) limita las facultades del apoderado a actuar únicamente en situaciones y asuntos específicos, que son mencionados en el poder.
Un poder notarial puede ser necesario cuando no puedes estar presente personalmente para realizar cualquier acto. Al otorgar un poder notarial, puedes designar a alguien de confianza para que actúe en tu nombre, lo cual es especialmente útil en situaciones en las que estás ausente o incapacitado.
Un poder notarial es un documento que otorga capacidad a una persona (llamada apoderado o representante) para actuar en nombre de otra persona (llamada poderdante o otorgante). El poder notarial puede conferirse para diversos propósitos, como realizar transacciones financieras, firmar contratos, gestionar propiedades o representar al poderdante en cualquier ámbito. También es necesario otorgar un poder cuando tienes que resolver un asunto en los juzgados, otorgándole poder a tu abogado y procurador.
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